La tensión geopolítica impulsó a la mayoría de las bolsas globales y el barril de petróleo Brent subió cerca del 3% y superaba ligeramente los 79 dólares.
En paralelo, ayer se conoció que la tasa de inflación en Estados Unidos abandonó su racha bajista en diciembre y los precios subieron tres décimas interanualmente, un alza que sitúa al indicador al cierre de 2023 en el 3,4%.
Sebastián Castellanos, estratega de mercados XTB Latam, comentó que si bien de momento los inversores aún apuestan porque en esta oportunidad no habrá cambios en los tipos de interés, “comienza a crecer la expectativa de que habrá nuevas alzas en un futuro, lo que aumenta el apetito por riesgo en el mercado”.
Por su parte, China publicó su dato de IPC, el cual salió por debajo de lo esperado, lo que mantiene a la segunda economía mundial aún en territorio de deflación.
“La economía china aún no logra reponerse de las consecuencias causadas por la crisis inmobiliaria, esto ha hecho que el precio de materias primas críticas como el cobre mantengan un desplome constante. El metal rojo actualmente acumula pérdidas superiores al 3% desde el pasado 26 de diciembre”, apuntó Castellanos.
Por todo, el experto indicó que podríamos estar viendo un tipo de cambio que busque nuevamente la zona de los $925, antes de enfilarse hacia los $935 y los máximos de 2023.
Si se pierde la directriz alcista y se rompe el soporte de los $900, el dólar podría llegar a la zona de los $880.