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Por qué se celebra hoy Día del Pediatra

Se conmemora la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría, que se convirtió el 20 de octubre de 1911 en una de las instituciones de esa especialidad más antiguas del mundo.  

Se conmemora la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría, que se convirtió el 20 de octubre de 1911 en una de las instituciones de esa especialidad más antiguas del mundo.


El Día del Pediatra se celebra en la Argentina cada 20 de octubre para homenajear a los profesionales que acompañan el crecimiento de los bebes, niños y los adolescentes. El festejo se instauró en el Congreso Mundial de Pediatría de 1973 e hizo honor a la fecha de fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

La SAP se creó de manera oficial el 20 de octubre de 1911 y, de esa manera, se convirtió en una de las sociedades pediátricas más antiguas del mundo, anticipándose dos años a la fundación de la Sociedad de Pediatría de París, casi 20 años a la de Estocolmo y más de 30 años a las de Madrid y Barcelona.

Según detallas los registros más recientes, la SAP cuenta con al menos 19.000 pediatras afiliados en todo el país. Estos especialistas se encargar de acompañar el crecimiento y de prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades en bebés, niños y adolescentes. Más en específico, las cinco etapas que abarca son: recién nacido (hasta las cuatro semanas), lactante (de uno a 12 meses), preescolar (de 1 a 6 años), escolar (de 6 a 12 años) y adolescente (de 12 a 18 años).

En la antigüedad, la pediatría no existía como disciplina. En ese entonces, quienes se ocupaban de la salud de los más chicos eran las madres y las llamadas “comadronas”. Recién en el Siglo XV, las enfermedades de los niños comenzaron a considerarse como una especialidad de la medicina, lo que propició la aparición y el desarrollo de la pediatría.


La historia de fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría

El 20 de octubre de 1911, en el edificio ubicado en la calle Lavalle 648, donde estaba entonces la Sociedad Médica Argentina, un grupo de pediatras argentinos se reunió para sentar las bases de la Sociedad de Pediatría, dando origen así a una de las asociaciones de esa especialidad más antiguas de todo el mundo.

Los argumentos para crear una sociedad exclusivamente dedicada a la pediatría eran sólidos: analizar los materiales brindados por hospitales y clínicas privada para exponer las observaciones recogidas, así como también compartir las conclusiones de experiencias y estudios personales. Es decir, una institución especializada para potenciar esa rama específica de la medicina.

Gregorio Aráoz Alfaro, principal impulsor de la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Gregorio Aráoz Alfaro, principal impulsor de la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría.

El iniciador y verdadero fundador de la SAP fue el doctor Gregorio Aráoz Alfaro. A pesar de que todos sus colegas le ofrecieron el honor de convertirse en el primer presidente de la flamante asociación, él rechazó el cargo y, en un memorable gesto, propuso a Ángel Centeno al considerar que lo merecía por ser el profesor titular de pediatría.

Ese 20 de octubre de 1911 fueron elegidos los 53 miembros que se consideran como los fundadores de la Sociedad Argentina de Pediatría, así como también se leyeron los Estatutos y los Reglamentos de la Sociedad, que fueron aprobados en general y particular con pequeñas modificaciones.

Aráoz Alfaro, por su parte, fue el segundo presidente de la SAP entre 1913 y 1915, tras el paso de Centeno. En reconocimiento a su innegable compromiso con la pediatría y su iniciativa para fundar la institución, la SAP lo nombró Presidente Honorario.

El actual presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría es el doctor Rodolfo Pablo Moreno, quien asumió el 20 de octubre de 2021, en el marco del 110° Aniversario de la SAP. “Es un honor asumir la presidencia de la Sociedad Argentina de Pediatría y más aún representando al Hospital Materno Infantil de San Isidro, porque nunca hubo un presidente de la SAP de un hospital municipal del Gran Buenos Aires”, se enorgulleció.