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Qué es de la vida de Alphonse Tchami, el camerunés que jugó con Maradona en Boca

Se ganó a los hinchas y a sus compañeros a fuerza de simpatía y entrega dentro de la cancha. Y Diego fue uno de los que lo adoptó. Ahora es empresario y vive entre Camerún y Francia.  

Se ganó a los hinchas y a sus compañeros a fuerza de simpatía y entrega dentro de la cancha. Y Diego fue uno de los que lo adoptó. Ahora es empresario y vive entre Camerún y Francia.


Diego Maradona y Alphonse Tchami tuvieron buena sintonía desde el primer momento en que Diego regresó al club, en octubre de 1995. El camerunés había llegado en febrero de ese año.

En el verano de 1995, un camerunés de 23 años llegó a Boca con cuatro años de profesional como experiencia, la mayoría de ellos en el fútbol de Dinamarca, y un Mundial de fútbol (Estados Unidos 1994) sobre sus espaldas. Pronto sería una sensación. Pero no tanto por sus condiciones goleadoras, principal atributo que ofrecía en su currículum, sino por su enorme simpatía fuera de la cancha y su infatigable entrega dentro de ella.

Para los hinchas de Boca, la llegada de Alphonse Tchami no dejaba de ser una expectativa. Y lo adoptaron rápido. Y no solo fueron los hinchas sino también sus compañeros quienes le abrieron enseguida las puertas del grupo y en ese contexto, unos meses después de haber llegado, se dio el gusto de ser parte de un hecho histórico: la vuelta de Maradona, con quien el camerunés jugó y logró sentirse amigo.

Pero después de dos años y medio intensos, la vida de Tchami tomó otros rumbos futboleros hasta que en 2005, luego de 15 años, abandonó el fútbol y se dedicó a otras actividades vinculadas a su deporte, como ser representante primero y luego dirigente deportivo, llegando a ocupar el cargo de vicepresidente de la Federación Camerunesa de Fútbol. Pero también a actividades privadas, por fuera del fútbol.

 


Qué es de la vida de Alphonse Tchami: de goleador a empresario en Recursos Humanos

Actualmente, Alphonse Tchami es empresario en el rubro Recursos Humanos en materia de seguridad, mantenimiento y logística en bancos, aeropuertos y grandes firmas. Nada que ver con el fútbol aunque él siga siendo, en su esencia, un jugador de fútbol.

Su empresa reúne a casi medio millar de empleados y Alphonse vive entre Francia -donde están radicados su esposa e hijos- y Camerún -sede imprescindible para su trabajo-. De un lado a otro, Tchami sigue imponiendo con su presencia física aunque ahora haya cambiado el pantalón corto y los botines, por un pantalón largo de vestir y zapatos, y un maletín en mano en vez de un botinero bajo el brazo.

 
 
 
 
Alphonse Tchami llegó a Boca en febrero de 1995 y estuvo hasta 1997. Compartió plantel con Maradona, con quien tuvo una gran relación.

Su vínculo con Boca se da a través de una cuenta en Instagram donde interactúa con los hinchas y sus posteos, la mayoría, están relacionados con su paso por la Argentina. También de su paso por el país, la última vez que lo hizo, que fue en 2017, quedó picando una posibilidad de formalizar la relación con acciones laborales.

De hecho, estuvo reunido con el entonces presidente, Mauricio Macri, con quien avanzó en algunos proyectos de intercambios comerciales entre Camerún y Argentina, aunque la salida de Macri del poder en 2019 dejó las charlas en algunos bosquejos que no terminaron de redondearse.

Alphonse Tchami estuvo en Buenos Aires en 2017 y no perdió la ocasión de pasar por la Bombonera y posar con la camiseta. (Prensa Boca)
Alphonse Tchami estuvo en Buenos Aires en 2017 y no perdió la ocasión de pasar por la Bombonera y posar con la camiseta. (Prensa Boca)

Sigue hablando seguido con quien fue su primer interlocutor hace más de 27 años: Alberto Márcico. El Beto había jugado varios años en el fútbol francés y tenía un buen manejo del idioma que ayudó mucho a Tchami a que su ingreso en el grupo sea más directo, porque Márcico, más allá de sus condiciones deportivas, era uno de los líderes de aquel equipo. Y siempre recordó la forma en que le enseñó al camerunés a insultar en castellano.

Con el Beto, o con una camiseta tuya, Alphonse vivió una de sus peores situaciones en el fútbol argentino. Y ocurrió cuando ya llevaba más de un año jugando en el país. Márcico se había ido de Boca porque Carlos Bilardo, el director técnico que había elegido Macri, no lo tenía en cuenta. Y fue a Gimnasia, donde estaba su padre futbolístico: Carlos Timoteo Griguol.

En el primer partido que se enfrentan ambos equipos, hubo una promesa para después de los 90 minutos: ambos jugadores cambiarían sus camisetas. A Bilardo no le gustaba ese tipo de situaciones, menos si involucraba a un “enemigo” suyo (Márcico estaba muy identificado también con César Luis Menotti) y mucho menos aún si el cruce afectuoso con un rival se daba luego de una derrota.

Aquella vez en la Bombonera, el día en que el estadio se reinauguró tras la modernización que hizo Macri, Gimnasia le ganó 6-0 al Boca de Bilardo. Pese a la derrota, Tchami entró feliz al vestuario con la camiseta de Márcico. Pero la alegría le duró hasta que Bilardo se le quitó y, enojadísimo, delante de todos, con una tijera destrozó la remera de Gimnasia, el souvenir de Tchami.